Los vecinos de El Cosario no podrán sacar en romería a la Vírgen María

Vigente.

La pandemia ha impedido este año la celebración de las catorce citas del calendario de festejos patronales

Vícar, 2 de octubre de 2020: El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, se ha dirigido a los vecinos de todo el municipio y de un modo muy especial a los de El Cosario, para anunciarles la suspensión de la tradicional Romería de la Virgen María en El Cosario como consecuencia de la pandemia. El alcalde, como ya hiciera en la suspensión de los mismos actos en otras barriadas desde el comienzo de la pandemia,  ha querido mostrar a todos los vecinos su profundo afecto, su especial cariño y su solidaridad ante tal circunstancia.

Antonio Bonilla, lamenta la decisión, que viene impuesta por las actuales recomendaciones sanitarias, pero ha aprovechado la ocasión para agradecer el comportamiento ejemplar de todos los vecinos desde que se inició la pandemia, animándoles a seguir las directrices higiénicas y de distanciamiento social impuestas por las autoridades sanitarias para contener el avance de COVID-19 en el municipio. Asimismo desea compartir con todos y cada uno ellos estos complicados momentos, confiando en que el próximo año, la romería pueda celebrarse con normalidad.

La Romería de El Cosario, que se ha venido celebrando de manera ininterrumpida desde 1997, estaba prevista para este  domingo y su suspensión se une a la producida en cada una de las catorce citas que componen el calendario de festejos patronales que anualmente se celebran en el municipio de Vícar. Precisamente, la participación en la cita de El Cosario ha venido experimentando cada año un notable aumento, pues han sido numerosos  los vecinos de otros núcleos de La Mojonera y Vícar los que se han venido sumando a esta iniciativa de los vecinos de El Cosario.

Cada año los romeros portaban en un camión adornado con flores y macetas la imagen de la Virgen María desde la Capilla de la barriada en dirección a una carpa en las inmediaciones de la Ciudad del Transporte, en Venta del Viso. Allí se celebraba una misa rociera, seguida de una animada verbena que se prolongaba hasta la noche, cuando la imagen de la virgen era devuelta a su Capilla entre tracas y cohetes.

 

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